Hugo Franco, Diputado Nacional, politico, primatesta

Apoderado de la Diócesis de Córdoba

Los logros que Hugo Franco fue alcanzando tanto en su vida personal como profesional y que lo convirtió en un fuerte empresario y luego en hombre de Estado, tienen origen en la experiencia profesional pero especialmente en la guía de vida que fue el cardenal Francisco Primatesta.

Siendo aún un muchacho, Franco fue elegido por el arzobispo de Córdoba como el Apoderado General de la Diócesis de Córdoba para administrar los bienes de la diócesis y organizar la correspondiente “visita ad limina apostolorum” (es la visita que todos los obispos diocesanos deben realizar a templos de San Pedro y San Pablo). El objetivo de la visita no es tan sólo visitar la tumba de los apóstoles sino el de informar al Papa, cada cierto período, el estado de la diócesis que gobiernan.

Primatesta no fue un obispo más, fue además presidente de Conferencia Episcopal Argentina y como tal un hombre activo y comprometido con la vida pública y el destino del país no solo como Pastor de Almas sino también de los asuntos cotidianos que influyen en la vida cotidiana de los fieles, aquí en la Tierra.

Dentro de sus tareas pastorales, Monseñor Primatesta tuvo la responsabilidad de organizar la visita de su Santidad el Papa Juan Pablo II a la Argentina en abril de 1987. Franco se encargó de la campaña de difusión del viaje y otros aspectos de la organización y logística de la visita. “Es un recuerdo inolvidable, esas concentraciones multitudinarias fueron únicas y se sentía la vibración por la comunicación que ese hombre entablaba con el pueblos y el pueblo con él. La tarea de esos días fue inagotable, pero el viaje fue un éxito. Es la última vez que un Papa visitó la Argentina y es un recuerdo imborrable”.