Hugo Franco fue el primero de los presidentes de la principal empresa siderúrgica del país de la era Carlos Menem y su tarea fue recuperar los estándares de producción que habían sufrido un fuerte deterioro durante las décadas precedentes. Sin embargo uno de los logros que el empresario exhibe con mayor orgullo es haber abierto mercados para el acero argentino. Somisa pasó de exportar 3 o 4 mercados a 32 países.
Franco sostiene que para alcanzar ese objetivo “se aumentó significativamente la producción hasta alcanzar en una primera etapa los 2.500.000 de toneladas de acero líquido y pasamos de la una producción que se centraba en semiproductos a productos de valor agregado (bobinas en caliente y frío, perfiles y rieles)”
Durante su presidencia Franco llevó el acero argentino, que sólo se exportaba a China, India o Irán, a los grandes mercados de Japón, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea, entre otros.
Otra de las características de la gestión fue la relación personal que el presidente mantenía con el gremio, la poderosa UOM (Unión Obrera Metalúrgica). En ese marco de diálogo con el gremio se logró un acuerdo de productividad que permitió alcanzar los estándares mencionados y que redundó en beneficio del nivel salarial de los trabajadores.
La vida de una ciudad de la importancia de San Nicolás, en el norte de la provincia de Buenos Aires, está íntimamente ligada a la planta de Somisa. La empresa tiene su propio barrio de Viviendas para el personal, el cual fue renovado en su infraestructura con obras viales y de servicios durante la gestión de Franco.
