Durante la Crisis de diciembre de 2001 en Argentina, la Asamblea legislativa convocada por el Senador Ramón Puerta (en ejercicio del Poder Ejecutivo) eligió Presidente de la Nación para un período de 90 días al en ese momento gobernador de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá. La primera magistratura del país había quedado vacante tras las renuncias del vicepresidente Carlos Chacho Álvarez y del presidente Fernando de la Rúa.
La presidencia de Rodríguez Saá duró sólo siete días y esa semana el país se asomó a una verdadera “revolución” con la adopción de medidas drásticas que planteaban la autonomía financiera y la propuesta de planes universales de viviendas y de obras públicas. El nuevo y frágil gobierno no logró soportar las fuertes presiones de sectores corporativos y finalmente el presidente interino renunció.
Rodriguez Saá redujo la cantidad de ministerios a solo 5 – además de 5 secretarías -. El ministerio de Relaciones Exteriores y de Defensa se fusionaron bajo la conducción del ex gobernador de Santa Fe, José María Vernet, y la secretaria de Defensa fue ocupada por Hugo Franco.
“De esos días de pura adrenalina rescato el coraje de hacernos cargo de un país que estaba sumido en el caos, abandonado por la administración De la Rúa, sin autoridad ni cadena de mandos y sumergida en un vértigo que parecía no parar nunca. Fue muy difícil y duro, fueron unos pocos días cama adentro donde en lo puntual que me tocó hubo un diálogo abierto y franco con los comandantes del Fuerzas Armadas y un compromiso inalterable de los hombres de todas las ramas de respeto al Estado de Derecho y las Instituciones. En ese momento tan dramático rescato todas las reuniones que tuvimos y la voluntad por el servicio a la Nación”.
